El mundo del billar está repleto de incógnitas curiosas, mitos y preguntas de difícil respuesta. ¿Por qué a veces la blanca es blanca y en otras ocasiones sufre varicela? ¿Por qué son tan grandes las mesas de snooker? ¿Por qué los americanos enumeraron las bolas y en cambio los franceses y los ingleses no?

El billar profesional no sería lo mismo sin los apodos de los jugadores. Los motes siempre dan mucho juego e identifican bastante bien el carácter del billarista. ¿De dónde vienen esos “mal nombres”? No es fácil saber exactamente el origen de cada uno porque siempre sobrevuelan mitos y leyendas, pero sin embargo algunos sí están bastante claros.

En la historia del billar ha habido billaristas que no sólo se han preocupado de jugar sino también de solucionar problemas que sufrimos todos los jugadores. En consecuencia, han creado grandes inventos billarísticos que nos ayudan a entrenar o competir mejor.

Cuenta la leyenda que fue Strickland quien inventó los jump shots en uno de sus mejores días. Fuera bromas, nadie sabe a ciencia cierta quién ni cuándo descubrió el arte de inclinar el taco 45 grados para hacer saltar la blanca legalmente. Pero el caso es que esta técnica de tiro se ha perfeccionado muchísimo las últimas décadas, ha servido para ganar campeonatos del mundo y ha provocado que la industria fabrique todo tipo de tacos específicos

De los creadores de 50 excusas baratas de billaristas y 20 pensamientos que nos hacen fallar, hoy es el turno de repasar las 30 mayores frustraciones del billarista. En otras palabras, lo que más nos fastidia, lo que más rabia nos da y lo que más odiamos los jugadores de billar. Ya sea en pleno campeonato o durante un entrenamiento, hay una serie de situaciones que nos sacan de nuestras casillas. Admítelo, tú también te has encendido alguna vez por los momentos que vienen a continuación