6 trucos de billar para no fallar siempre las mismas bolas

¿Fallas siempre las mismas bolas? A todos nos pasa. Si quieres ponerle remedio, el artículo de hoy te interesa. En este post compartimos algunos trucos que te servirán para no fallar (o fallar menos) aquel tiro que tanto se te resiste.

1- Saber porqué la fallas

Si no sabes porqué tropiezas siempre con la misma bola, difícilmente vas a conseguir deshacerte de la maldición. El primer paso es analizar el error y conocer el motivo del fallo. Hay al menos 5 motivos por los que fallamos los billaristas. ¿Ya sabes cuál es el tuyo?

2- Corregir el error

Okey, ya sabes porqué fallas y qué tienes que cambiar para corregir el error. Pero con tener ese dato no basta. Ya lo decía Einstein: si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Ahora hay que aplicar el aprendizaje sobre la mesa. Hay que probar esa bola con la corrección que consideres oportuna. Ya verás que el porcentaje de acierto sube. Si has analizado bien el error, claro.

3- Confiar en el tiro

El tercer paso para no fallar la misma bola siempre es confiar. Confiar que sabes tirarla (porque lo has hecho mil veces), confiar que la vas a meter (porque te has colocado bien y has seguido la rutina correcta) y confiar en tus posibilidades (porque es la única forma de lograr resultados positivos).

4- Dar a todos los tiros la misma importancia

Un error que cometen muchos billaristas es no dar apenas importancia a las bolas fáciles y dar demasiada a las difíciles. Ambos extremos son contraproducentes: cuando la bola es fácil, se relajan y por ahí puede venir el fallo. Cuando la bola es complicada, se autopresionan en exceso y por ahí también puede venir el fallo. El truco es intentar dar a todos los tiros la misma importancia. Al fin y al cabo, todas las bolas miden y pesan lo mismo, ¿no?

5- Buscar la salida más fácil

Tenía un entrenador de fútbol que de pequeño siempre me decía: “cuando no te salgan las cosas, pases cortos y nada de arriesgar”. Lo mismo se puede aplicar al billar: si sientes que no te ruedan las bolas, intenta jugar la opción más fácil que te dará confianza. Jugar fácil es muy difícil, pero es la gran diferencia entre los campeones y los del montón.

6- Aparcar los efectos

Y jugar fácil implica, muchas veces, prescindir de los queridos efectos. Sí, pueden ser muy bonitos y muy vistosos, pero también una gran fuente de fallos. Si te acostumbras a golpear la blanca en el centro, ya verás que muchos de esos fallos que siempre cometías, ahora se arreglan. Aquí tienes 3 razones por las cuales prefiero utilizar muy poco (o nada) los efectos.

¿Cuál es la bola que siempre se te resiste? ¿Ya sabes porqué la fallas? Cuéntanoslo en los comentarios :)