El billar y lugares como Las Vegas, o los salones de juego de grandes ciudades estadounidenses, han ido de la mano en el imaginario colectivo por muchos motivos.
El billar está muy vinculado a estos entornos principalmente porque, además de campeonatos de prestigio internacional, son los emplazamientos donde, dicen, tienen lugar algunas de las mayores apuestas del mundo.
El auge del billar
Lo cierto es que se ha producido un considerable auge durante los últimos años, tanto en el mundo del billar como en el del juego en general, especialmente en su faceta digital. En la actualidad, por ejemplo, podemos acceder a una gran oferta de tragamonedas gratis (7.780 máquinas), con infinidad de temáticas y desde prácticamente cualquier lugar gracias a nuestros dispositivos móviles, algo inimaginable hace años.
De la misma forma, hoy en día podemos acceder a la compra de mesas de billar a precios accesibles, de nuevo en una amplitud de modelos y formatos que también hubiera sido difícil de creer hace un tiempo.
Ambas son disciplinas que se han ido popularizando, lo que ha posibilitado un acceso cada vez más sencillo para los usuarios y amantes de estos juegos y que, sin duda, continuarán en ascenso durante los próximos años.
El imaginario colectivo y Hollywood
En cualquier caso, también cabe destacar que, con cierta asiduidad, el imaginario colectivo se ha visto reforzado por películas de Hollywood, y, probablemente, esto ha ayudado al auge de ambos sectores y a la normalización de los mismos (incluso a la idealización).
Son muchas las películas en las que el billar y emplazamientos como Las Vegas juegan un papel más o menos importante; muchas en las que una de las temáticas es protagonista y la otra un actor secundario y, algunas de ellas, son auténticas obras de arte.
Nos remitimos al billar como protagonista, es muy probable que la mayoría de nuestros lectores piensen en El color del dinero (The Color of Money, 1986) como una de los filmes de referencia. Dirigida por Martin Scorsese, y protagonizada por Paul Newman y un jovencísimo Tom Cruise, se trata de una de las películas que han marcado la historia del cine y que demostró que las grandes apuestas no eran solo cosas de póker, sino que el billar, aunque posiblemente de una forma menos popular, también puede presumir de ser uno de los juegos más importantes de las salas de juego.
Curiosamente, El color del dinero es una especie de secuela o continuación de El buscavidas (The Hustler, 1961), película producida, coescrita y dirigida por Robert Rossen y que tiene por protagonista, claro a Paul Newman bajo el mismo personaje protagónico que la película de Scorsese, Eddie Felson.
Por seguir con Paul Newman, y viajar a la otra cara de la moneda, cabe destacar The Sting, 1973. El Golpe, dirigida por George Roy Hill, y con Newman y Robert Redford en los dos principales papeles del film, fue nominada a nada menos que diez premios Óscar, de los que ganó siete, entre ellos el Óscar a la mejor película. La película se ambienta en 1936, en el apogeo de la Gran Depresión. Si no la has visto, no te la vamos a destripar con la sinopsis, pues es difícil no contar partes esenciales de la trama. En cualquier caso, está fundamentada en el mundo del juego y es, probablemente, la más aclamada por la crítica.
Sin duda, se van a quedar en el tintero muchas obras de arte donde el billar, o entornos como Las Vegas, Monte-Carlo, Macao o Atlantic City son un elemento fundamental (El sabor del dinero, The Cincinnati Kid, Casino Royal y las películas de James Bond en general…), pero no podemos irnos sin, al menos, mencionar la película Casino (1995), también dirigida por Martin Scorsese, al parecer, un amante del género. En ella, podemos disfrutar de las excelentes actuaciones de Robert De Niro, Joe Pesci o Sharon Stone y, si por algo destaca esta película, es por mostrar al espectador algunas de las mejores escenas filmadas dentro de un casino que se hayan visto en la historia del cine.
En definitiva, el juego, el glamur, la acción y la adrenalina que desprenden estas películas, con toda probabilidad, han ayudado a que se produzca un auge en el mundo del billar durante los últimos años; y hablamos de una tendencia en auge que, bien seguro, todavía guarda sorpresas para los tiempos venideros.