En el mundo del billar hay dos clases de jugadores: los que juegan por dinero y los que no. Unos ven esto de poner pasta de por medio como un buen entreno psicológico (y, claro, una posible vía de ingresos), otros como una mancha en el deporte que no nos hace ningún bien. Todos tienen parte de razón, así que en el post de hoy debatiremos sobre el arte de jugar al billar por dinero. ¿Te unes al debate?
“Si no juego por dinero no siento presión”
“Si no juego por dinero no me motivo”
“Si no juego por dinero, no juego”
Estas son las tres frases típicas que te diría un billarista acostumbrado a los money games. Para él, jugarse un set a 20, 50, 100 o los euros que sean, es la motivación necesaria para sacar su mejor nivel. Algo imprescindible.
En Estados Unidos y Filipinas prácticamente todo el mundo juega por dinero. Forma parte de la esencia de este juego, no lo conciben sin poner algo de dinero de por medio. Están muy acostumbrados a ello, mucho más que nosotros. En Europa/España también son frecuentes los partidos por dinero, pero más cuando el nivel de los jugadores es elevado.
Si tuviera que ubicarme en uno de los dos bandos, preferiría estar en el de los billaristas puristas que defienden el deporte y no juegan por dinero. Aunque entiendo perfectamente el pensamiento de aquellos que sí lo hacen. Y, de hecho, de cada vez me parece más razonable que usemos el dinero como motivación, como una forma de ponerte bajo presión.
Lectura relacionada: 8 claves para ser un gran billarista
El problema no es que nos juguemos dinero, sino la idea errónea que asociamos al papel moneda. Parece que el dinero es algo sucio, algo feo, cuando en el fondo es simplemente una herramienta de intercambio. Da miedo perder el set y perder los 50 euros, pero es un problema muy relativo.
¿Te gusta competir? ¿Juegas torneos? Entonces juegas por dinero. Has pagado una inscripción para poder participar y cabe la posibilidad de que te lleves algún premio en metálico si llegas lejos. La diferencia es que el foco es la competición, el torneo, el cuadrante, el deporte, etc., pero en el fondo también es dinero. Todos jugamos por dinero.
Ser consciente de que hay dinero en juego te dispara la adrenalina, te hace estar más nervioso de lo normal. De ahí que los que están acostumbrados a los money games, estén más habituados a gestionar mejor situaciones bajo presión; y los que no, no tanto.
En muchos torneos del circuito profesional (sobre todo los no oficiales), nada más terminar su partido del cuadro, los jugadores ya están buscando rivales para jugarse el dinero. Así siguen entrenando su cabeza y tal vez, con suerte, pagan los gastos del viaje.
Jugar al billar por dinero: ¿sí o no? Eso depende de ti. Creo que es una cuestión de sentido común: si te apetece acostumbrarte a jugar bajo presión y te puedes permitir apostar algo de dinero, adelante. La experiencia te servirá para crecer de nivel y para afrontar los campeonatos de manera diferente.
Y tú, ¿qué opinas?